Los Socialistas se desmarcan del Gobierno

En Octubre de 1932, los socialistas celebran su congreso nacional. En ese congreso se deja patente que la mayor parte del socialismo aboga por la revolución. Y aunque seguirá colaborando con el Gobierno, no son capaces de asegurar una continuidad, por lo que el apoyo incondicional pasa a ser una colaboración esporádica, puntual y con reservas.

Aun así, Largo Caballero e Indalecio Prieto se encuentran con unas bases socialistas, sobre todo la andaluza, más cerca del comunismo y del anarquismo y por lo tanto más cerca de la revolución.
Ante la postura socialista, la derecha se va haciendo fuerte y ganando presencia en el día a día de la convulsa vida política.

El gobierno esta debilitado. Azaña duda de los socialistas pero es sabedor que sin ellos no hay Gobierno. Entre los socialistas y los radicales las relaciones merman a medida que pasan los días, y eso se hace palpable en los debates parlamentarios.

El golpe de Sanjurjo parece reavivar el ánimo reformador. Por fin el 9 de Septiembre se aprueba en Las Cortes el nuevo Estatut de Catalunya con una mayoría aplastante de 314 votos a favor y solo 24 en contra. El 15 del mismo mes, se aprueba también la Ley de Reforma Agraria.

La ambiciosa Ley de Reforma Agraria pretendía beneficiar a más de 60.000 campesinos, pero la realidad es que solo 4.300 familias tomaron propiedad de sus nuevas tierras.  La irritación de los propietarios y terratenientes se acrecienta. Pero lo que es más grave es que los propios campesinos se sienten decepcionados con la nueva Ley Agraria. Los anarcosindicalistas nunca creyeron en una reforma capitalista y el propio Azaña consideraba irrealizable, desatinada, ruinosa y socialmente desastrosa las pretensiones de expropiación de la Ley Agraria.

Mientras en Catalunya, dos meses después de aprobarse el nuevo Estatut, se celebran elecciones autonómicas. ERC gana en solitario. El principal partido de la oposición sigue siendo la moderada Lliga. La recién creada Unió Democratica de Catalunya obtiene un diputado. El Gobierno central se ha quitado un problema con el Estatut y con el autogobierno catalán. Las relaciones y el clima de entendimiento entre la Generalitat y el Gobierno es bueno. Ejemplo de esas buenas relaciones es la proclamación de Ministro de La Marina a Lluís Companys (presidente del Parlamento catalán). Con el gobierno catalán en funcionamiento, se pone en marcha el lento traspaso de competencias.

Lluis Companys nombrado Ministro de La Marina en el Gobierno central de Azaña


A finales de año, el Ministro de Trabajo, Largo Caballero, impulsa nuevos proyectos: Se trata de un seguro de desempleo, una ley de accidentes de trabajo en el campo y crea el seguro de maternidad. A pesar de tratarse de buenas noticias para el Gobierno en el que trabaja, Largo Caballero insiste en que la revolución está pendiente y se muestra partidario de que dicha revolución solo puede realizarse con un Gobierno socialista en perfecta sintonía con la UGT.

A pesar de las reivindicaciones, la cartera de Largo, crea los jurados mixtos en materia laboral, constituidos para amparar a los trabajadores frente a la arbitrariedad de los patronos. Esta institución que nace para mejorar las condiciones de vida de la clase obrera, pronto se convertirá en un órgano controlado por la UGT.

Largo Caballero, impulsor de varias medidas sociales y laborales que mejoran la vida de los trabajadores


Este hecho aísla aun mas a la CNT, que en medida de protesta no se adhiere a los actos conmemorativos del primer aniversario de la República y sus afiliados acuden a trabajar el 14 de Abril. En definitiva, a cada paso hacia adelante que da el Gobierno se encuentra con problemas en diferentes sectores.

La Sanjurjada

El 10 de agosto de 1932, los militares dan el primer gran susto a la República. El General Sanjurjo, que a pesar de haber participado en al anterior golpe de 1923, había jurado fidelidad a la República, decide sublevarse en Sevilla

El General Sanjurjo pasea por las calles de Sevilla despues de sublevarse contra la República

El golpe es considerado una chapuza por la poca y mala planificación, pero deja claro cual es la intención de una parte del Ejercito si las cosas se tuercen. Sanjurjo afectado por el canibalismo salvaje presenciado en Castilblanco, no asimila que en sus cuarteles se grite con el mismo ímpetu vivas a la República por un lado y vivas a España por el otro. Para Sanjurjo ambos gritos son incompatibles y cuenta con el apoyo de varios políticos como Fal Conde, el Conde de Rodezno, y militares como los generales González Carrasco y Miguel Ponte.

El golpe fracasa estrepitosamente a las pocas horas en Madrid. A las cuatro de la noche 30 sublevados se dirigen al Ministerio de Guerra en donde duerme Azaña. Los sublevados pretenden entrar en el edificio pero se encuentran a la total oposición de los centinelas que custodian el edificio. El resto de puntos clave de los sublevados son controlados por los militares fieles a la república. El pueblo no se suma a los sublevados y todo queda en un acuertelamiento de los sublevados en la capital andaluza la mañana del día 10 de agosto.

Los periódicos daban la noticia del levantamiento y las consecuencias que afectarían al Gobierno

Al sentirse fracasado en su intento de sublevación, Sanjurjo afirma no haberse levantado contra la República sino contra una Cortes inoperantes e ilegitimas. La declaración de estado de guerra es contestada por una huelga general convocada por los sindicatos: Sevilla esta en pie de guerra.

El golpe fracasa estrepitosamente y se detiene al General Sanjurjo.


El levantamiento es bautizado popularmente como la Sanjurjada. El general es detenido en Huelva y condenado a muerte. El Gobierno tratando de evitar más conflictos, permuta la condena a muerte por la cadena perpetua, aunque un pequeño número de diputados sostiene la idea de que hay que dar un escarmiento al Ejército y con ello frenar futuros intentos golpistas fusilando a Sanjurjo. La mayoría aprueba condenarlo a cadena perpetua.

La Sanjurjada trae consecuencias de alcance, como la suspensión durante cuatro meses del periódico ABC. También se clausura Acción Española junto con más de 100 publicaciones, algunas comunistas y anarquistas. Los monárquicos ponen el grito en el cielo: “Esta no es la República que se proclama liberal”.

El recorte de la libertad de prensa, termómetro de la salud democrática de un país, se aplica con severidad a los anarquistas. Cada artículo ha de pasar una censura previa a su publicación. 

Después de la Sanjurjada, la Republica teme por su integridad y se ve duramente amenazada. A estas alturas, el régimen no solo libra batallas con los conservadores de la derecha sino también, y de una manera cada vez mas peligrosa, con los que consideran insuficientes las medidas revolucionarias de la Republica, y éstos no son solo izquierdistas moderados y anarquistas, sino un sector cada vez mas amplio del socialismo moderado.

La inoperancia de Las Cortes

El tiempo va pasando y sobre la mesa del Gobierno sigue estando sin resolución el problema estatutario. Los vascos continúan trabajando en la elaboración de su nuevo estatuto y los catalanes envían a las Cortes para su aprobación el texto de Nuria que apenas cuenta con dieciocho artículos,

Serra, Moret, Macià y Companys en las reuniones para abrobar el borrador estatutario

En Mayo de 1932 se inicia el periodo de debates parlamentarios. La constitución aprobada recientemente reconoce a España como un Estado integral adoptado por los constituyentes como un camino entre el federalismo y el nacionalismo. La República no puede ser federal, porque con ese término, se aceptaría que España es una suma de partes dispersas, y la realidad impide negar el derecho de autonomía a diferentes regiones.

Azaña parte de la base negociadora con la convicción de que si los catalanes no son extremadamente separatistas, es porque la realidad social y política a las que les llevaría un proceso de separación e independencia no les acaba de convenir. Suponiendo así las cosas, y evitando romper la unidad por la fuerza, el mejor camino es buscar una postura en la que amabas maneras de entender el Estado puedan convivir.

La derecha, totalmente contraria a otorgar más independencia a Catalunya, presenta más de 200 enmiendas al proyecto. Esquerra se siente traicionada. La situación de Azaña es comprometedora. Y por si fuese poco, la opinión pública considera creciente la amenaza  de que la unidad de España corre serio peligro. Las Cortes sufren un colapso que les impide sacar adelante el Estatuto Catalán. Esta situación se acrecienta ante la falta de claridad para imponer la reforma agraria.

Diversos medios de comunicación iniciaron una campaña de desprestigio al texto catalán.

A estos dos problemas que el Gobierno no sabe o no puede sacar adelante, se une a que el plazo marcado para la reforma militar se va terminando y en breve un gran número de militares tienen que pasar a la reserva y no hay plazas para todos.

De nuevo Toledo, concretamente en la Puebla de Don Fadrique, es escenario de una nueva batalla campal. El 8 de Julio de 1932 un motín comunista se salda con el incendio de cosechas, cortes de comunicaciones telefónicas, telegráficas y ferroviarias y combates entre los manifestantes y la Guardia Civil.

Vecinos de La Puebla de Don Fadrique en los dias posteriores a los altercados de Julio de 1932


El resultado es de cuatro muertos, un guardia, dos manifestantes y un patrono, y numerosos heridos en ambos bandos. El panorama para la República no es nada halagüeño y el futuro se divisa con pesimismo.

A final de mes, a trancas y barrancas se consigue sacar adelante la Ley de Orden Público que sustituye a la controvertida Ley para la Defensa de la República.
La antigua ley había creado controversia entre los militares por el texto de uno de sus puntos en los que figuraba la condena militar por difamar y hablar mal de la Republica, pagando su pena con la retirada de la pensión.


El verano de 1932 lejos de apaciguar calmar pasiones, exacerbó los ánimos llevándolos a un punto máximo de crispación.

La reforma agraria

Los meses de Marzo y Abril de 1932 son terribles. El movimiento sindicalista provoca muertes, altercados, violencia, asaltos incontrolados a cortijos, revueltas, allanamientos en los cuarteles de la Guardia Civil en las principales ciudades de España.

En Barcelona, un empleado de banca asesina al director de la entidad en la que trabajaba.  En Vitoria muere un sereno. Y en Toledo la proclama de un bando redactado por el gobernador civil por causa de una huelga general causa dos muertos y cinco heridos en la Guardia Civil y deja a la ciudad oscura durante varias horas. Desde ese mismo momento en la capital toledana cualquier grupo de más de dos personas puede ser disuelto aun con violencia.

Carlistas y republicanos se enfrentan en Haro. Socialistas y católicos en Gálvez. Radicales y socialistas en Larnes. Y sin nombrar más ejemplos, esta tensa situación de confrontamientos se alargará hasta los meses de verano.

Con ese clima de descontrol, con el proceso inciciado de secularización del Estado, y los sindicatos tirando en exceso de la cuerda de la estabilidad social y laboral, los Ministros de Trabajo y de Agricultura siguen con los puntos establecidos en su hoja de ruta de las reformas  y se muestran decididos a impulsar la reforma agraria considerada como necesaria por los mas desfavorecidos.



Desde el Ministerio se sostiene que la reforma agraria pretende remediar el paro agrícola, redistribuir la tierra y racionalizar el cultivo. La derecha opina que es la excusa perfecta para hacer por su cuenta la revolución y considera que la intención de expropiar a los terratenientes los grandes latifundios sin cultivar entregándoselas a los trabajadores será el principio del fin de la propiedad privada.

El Gobierno crea la Comisión Técnica Agraria como elemento asesor para instaurar las reformas. Pero el primer proyecto que  se elabora no prospera y queda bloqueado por la derecha defensor de los propietarios rurales y los socialistas que lo tildan de conservador al no contemplar la expropiación.



En Marzo de 1932, Marcelino Domingo elabora un nuevo proyecto que suprime el impuesto sobre las grandes propiedades y mantiene las indemnizaciones los que sufran las expropiaciones. Se inicia el debate parlamentario con el `convencimiento de haber solucionado las trabas iniciales. Pero de manera sorprendente para Domingo, la propuesta es aplastada por la derecha y por los socialistas.

Para el propio Ministro lo más grave es que su propio Gobierno mira hacia otro lado. La nueva reforma parece no interesar a Azaña, ni a los catalanistas, ni tan siquiera al mismo Gobierno. Es más, parece que Azaña descubre que se ha equivocado al nombrar a Domingo ministro.



Llegados al mes de Agosto la ambiciosa reforma agraria estimulo de la prometida consolidación de la República solo tiene cuatro artículos aprobados y mas ha causado más de un dolor de cabeza

Las tensiones entre el Gobierno y la Iglesia

Historiados europeos indican que al advenimiento de la República en España hay 5.000 masones y aunque eran muchos menos que los que viven en Francia, se considera que en 1931dió comienzo la revolución más masónica de la historia.

Con o sin razón, lo cierto es que la cuestión religiosa planea sobre el régimen desde el mismo momento en el que el republicanismo hace bandera de su postura en contra de la Iglesia. Las tensiones entre el Gobierno y la Iglesia, van aumentando de modo que hay quien en el futuro plantea incluso la necesidad de iniciar una cruzada religiosa.

El mismo Gil Pecharomán, opinaba que “producida la separación entre Estado y Iglesia, es preciso que éste asuma aquellas funciones administrativas y sociales que la Iglesia había arrogado tradicionalmente en razón de la propia identificación con el Estado Monárquico. Otra cosa es que esto hubiera debido hacerse con mayor tacto o con ánimos menos propicios a la revancha”.

El problema se sobredimensiona y el Consejo de Ministros decide el 19 de Enero de 1932 suspender por segunda vez la tirada de El Debate justificado por la constante campaña de mentiras e insidias que desarrolla el periódico en contra del Gobierno.
Azaña era más contundente: Es un periódico que hace mucho daño a la República por su intención, por su organización y por el catequismo que lo rodea.”

Y si bien es cierto que el periódico utilizaba con mas frecuencia un lenguaje cada vez mas belicoso y de rechazo al régimen, también lo es que lo que se suponía un Gobierno de libertades, mutila la capacidad de expresión del catolicismo.

El 23 de Enero de 1932 se aprueba la disolución de la Compañía de Jesús. El gobierno da de baja la Compañía y nacionaliza sus bienes. No se expulsa a sus religiosos a los que se permite que sigan ejerciendo su ministerio.

Una semana más tarde, se aprueba el decreto de secularización de los cementerios, que pasan a ser propiedad municipal. A partir de ese instante no habrá diferencia entre los entierros civiles y religiosos.

El Conde de Romanones enfurecido proclama en las Cortes: “He tenido el humor de dirigirme al Ayuntamiento de Madrid en solicitud de unas cifras. Desde el primero de Julio hasta Diciembre de 1931, es decir, cuando el régimen en pleno triunfo podía garantizar las mayores libertades de conciencia, han recibido cristiana sepultura en los cementerios de Madrid 7.859 cadáveres. En el cementerio civil han sido sepultados 134. Con eso basta. ¿Para qué vamos a detenernos en discursos, desplantes, gestos y demás garambainas?

Como es de suponer lo importante para el Gobierno no eran los números sino los principios.


Se retiran los crucifijos de las escuelas. Lo que la Iglesia define como un acto ofensivo e ilegal. La Semana Santa está próxima y las cofradías más importantes del país, muestran su temor ante el clima de inseguridad con el que se van a celebrar las procesiones. Sevilla se apunta un tanto al obtener la mayor garantía de que no ocurrirá nada: anuncia la presencia en la capital andaluza del propio Presidente del Gobierno acompañado de muchos de sus ministros de la República. 

Aún así, los hermanos mayores de las cofradías se reúnen y deciden suspender las procesiones. Protestan airadamente contra el sectarismo imperante y la persecución oficial a todo lo religioso. No hay por tanto Semana Santa en Sevilla. Solo la procesión de la Estrella decide salir a la calle. Un grupo de incontrolados apedrea al Cristo de las Aguas y lanza petardos a la Virgen de la Estrella.

La Virgen de la Estrella desafía a la inestabilidad y decide salir a la calle

 Días más tarde, en el barrio de la Macarena, la Iglesia de San Juan arde pasto de las llamas.


Los sucesos de Castilblanco

El ultimo día de 1931, se escenifica precisamente las diferencias entre el terrateniente y el jornalero. En Castilblanco (Badajoz) llevados por la inercia reivindicativa, los habitantes de esta pequeña localidad pacense, alejado de las huelgas que había convocado la UGT y la Federación Nacional de Trabajadores en la Tierra que convocaba en los pueblos de alrededor diversas protestas, decidieron reunirse en la plaza del pueblo una vez terminada la jornada de trabajo para protestar por su situación.

Cuatro guardias civiles recibieron la orden de no permitir dicha concentración de protesta. La tensión se fue acumulando minuto tras minuto; y finalmente, en uno de esos momentos de rabia incontrolada, la multitud se lanzó sobre ellos golpeándolos hasta la muerte. Según los relatos de los presentes, la locura, la ira y la rabia se habían apoderado de los vecinos tanto, que incluso algunas mujeres, bailaron una danza alrededor de los cuerpos de los guardias mutilados.



Según los testigos la chispa que incendió el suceso fue la muerte de un campesino. La respuesta de sus vecinos hambrientos, presos de la rabia y llenos de miedo fue trágica; se abalanzaron sobre los cuatro guardias civiles dándoles muerte con piedras y cuchillos.

Lejos de ser un suceso aislado, esta desgracia sirve como antecedente en semejantes sucesos que iran ocurriendo en diversos puntos de la nación.

Detención de varios vecinos acusados por la muerte de cuatro guardias civiles

A principios de Enero, la Guardia Civil carga muy duramente contra manifestantes de la UGT en Arrendó (Logroño). En Villamayor de Santiago (Cuenca) se produce un tiroteo entre la Guardia Civil y un grupo de manifestantes anarquistas encerrados en la casa del pueblo. Un sacerdote muere en Bilbao. También hay muertos en Epila (Zaragoza) después de que el Instituto armado se enfrente a unos obreros. Se reprime la enésima huelga anarquista en Catalunya.

Ante este caos, la derecha aprovecha para asociar públicamente a la República al caos y a la violencia. Los anarquistas se autositúan fuera de las leyes, y el socialismo comienza a utilizar un lenguaje revolucionario a favor de las medidas gubernamentales en favor de los campesinos y en contra de los terratenientes que no aplican las leyes agrarias.

Y por si fuese poco, los parlamentarios elevan progresivamente el tono en sus intervenciones, los debates se endurecen, desaparece el centro político y unos y otros convierten las sesiones parlamentarias en oratorias revolucionarias. La calle se contagia del ansia revolucionaria y la paciencia se va acabando en los cuarteles.

Azaña, que compagina Presidencia con el Ministerio de Guerra, impulsa las primeras reformas de su programa a pesar del clima inestable.




El Ejecutivo aprueba la Constitución

Los problemas de La República se van generalizando. La inestabilidad social y política no se sabe si es consecuencia de las reivindicaciones de los diversos grupos que han estado sometidos durante el periodo dictatorial de Primo de Rivera, o son los propios movimientos reivindicativos los que desestabilizan el Gobierno.

Como ejemplo claro de esta inestabilidad, están los dos proyectos estatutarios presentados en Las Cortes: El catalán “prometido” de alguna manera para poder iniciar el periodo republicano,  y el vasco, históricamente revindicado. En este último, el proyecto del Estatuto vasco, rechazado por amplia mayoría en Las Cortes, se pretendía dividir el territorio vasco en zonas lingüísticas euskeras y españolas a efectos administrativos y educativos, y los inmigrantes españoles con menos de 10 años, carecerían de derechos políticos. Es decir, la incoherencia parecía apoderarse de la calma necesaria para cimentar un proyecto a largo plazo que hubiese aportado serenidad interna y externa. Cabe recordar que España era mirada por los acreedores e inversores extranjeros con lupa.

Los propios encargados de redactar el proyecto estatutario, rechazan realizar un referéndum ya que se consideraban legitimados por las elecciones de Junio. Con la negación rotunda de Las Cortes a aprobar el borrador presentado, el Gobierno encarga a las cuatro diputaciones provinciales gobernadas por socialistas, republicanos y Acción Nacionalista vasca (no invitados al texto original) elaborar un nuevo proyecto que no transgreda la Constitución y es el que finalmente se aprobará.

Al margen de las reivindicaciones políticas, el país está sembrado de huelgas generales. Desde el verano la tormenta sindical no amaina. Los monárquicos han desaparecido de la vida política del país y la Iglesia tensa la situación por momentos. Sin embargo, el nuevo Gobierno actúa con determinación y sigue con su plan establecido.

Durante el pasado mes de Agosto la Comisión Gubernamental presentaba en Las Cortes los borradores para la nueva Constitución. El primero en aprobarse establecía que España es una República democrática de trabajadores de toda clase que se organiza en régimen de Libertad y Justicia.

Primer borrador del artículo primero de la Constitución

Se reconoce el estado Integral y el derecho de autonomía, se suprime el Senado, se crea el Tribunal de Garantías Constitucionales (base para el Tribunal Constitucional), se aprueba el divorcio y se pone en marcha la Secularización del Estado. El Gobierno da un plazo de dos años para eliminar las contribuciones que mantienen el clero. A partir de ese momento, las órdenes religiosas tendrán que declarar sus bienes e ingresos como cualquier otra organización de carácter privado.

Se pretende apartar a algunas órdenes, en concreto a los jesuitas, de la educación.

El mismo Gobierno muestra síntomas de flaqueza en los debates del polémico artículo de la Constitución. Por un lado Fernando de los Ríos se muestras más comprensivo con la Iglesia, pero Azaña, inflexible, considera el problema religioso como una cuestión de salud pública. La postura es inamovible: No se trata de despoja a la Iglesia sino de suprimir sus privilegios.

Estalla la primera crisis gubernamental y con ello, y lo que es peor y decisivo, la primera crisis grave de La Republica.

El presidente del Gobierno, Alcalá Zamora y el Ministro de Gobernación, Maura, dimiten incluso antes de que llegue a votarse el polémico artículo 26. Si bien, el resultado por el que se aprueba la separación del Estado y la Iglesia obtiene un amplio consenso. Las dudas parlamentarias se trasladan a la calle donde se enfrentan las diversas corrientes a favor y en contra de la Iglesia.
Azaña se hace fuerte con la crisis y se erige como autentico líder de la colación entre socialistas y republicanos.

Indalecio Prieto gesticula en un mitin del partido Socialista

Se juzga en su ausencia a Alfonso XIII por ser cómplice de la Dictadura de Primo de Rivera, lo que enerva mas aun si cabe los ánimos de la corriente monárquica. El Conde de Romanones que defiende al monarca en su ausencia es condenado al destierro perpetuo.

Finalmente el 9 de Diciembre de 1931, se aprueba por 368 votos a favor y solo 38 en contra y después de sesiones interminables  de trabajo, el texto de la Constitución. Una semana mas tarde es nombrado presidente de la República a Niceto Alcalá Zamora cuya primera decisión es nombrar a Manuel Azaña como Presidente del Gobierno de la Republica.

Nombramiento y promesa a la Constitución de Niceto Alcalá Zamora

Para esos días los intelectuales, encabezados pro Ortega y Gasset y Miguel Unamuno, muestran su descontento con un Gobierno que ha exagerado el anticlericalismo y ha exagerado el nacionalismo. Y entre unos y otros están rompiendo el verdadero espíritu de la Republica.

El primer paso importante era aprobar la Constitución y a pesar de la fuerte división del Ejecutivo, los siguientes pasos Irán encaminados a equilibrar la fractura social presente en el mismo Gobierno, con un presidente del Gobierno anticlerical y un presidente de la República católico, y una sociedad situada en los extremos: católicos y anticatólicos, republicanos y monárquicos, orden y revolución, tradición y progreso, centro y periferia, proletariado contra al obrero en la ciudad y el terrateniente contra la mano de obra en el medio rural.


Publicidad que corria por las calles con el texto de la recien aprobada Constitución

El intenso primer verano del Gobierno

Las elecciones del día 28 tienen un vencedor indiscutible. Solo en el País Vasco,  le planta cara la derecha que concurre junto con el PNV a las elecciones. La corriente conservadora consigue también el triunfo en Burgos y Segovia. El reparto mayoritario de votos se lo lleva finalmente el Partido Radical, seguido del Radical Socialista y Acción republicana.

En Catalunya arrasa ERC con más de 30 escaños. Pero en cualquier caso, el vencedor claro de la jornada es el PSOE que consigue 100 diputados. El socialista Julián Besteiro es nombrado Presidente de las Cortes.
Las primeras Cortes comienzan su andadura con un hándicap evidente: 19 partidos obtienen representación parlamentaria lo que dificultara la gobernabilidad y la estabilidad parlamentaria. 

No obstante el nuevo gobierno nace con un alto grado de complicidad necesaria para alcanzar pactos y consensuar las decisiones. Azaña es nombrado Presidente, lo cual genera la primera polémica. Santos Juliá destaca que no se puede nombrar presidente al representante de un partido minoritario.

Primer gobierno al frente de Manuel Azaña.

Parece evidente que la alianza entre socialistas y republicanos no estaba llamada a perdurar porque existen demasiadas diferencias de base en ambos proyectos. Los republicanos moderados estaban considerados como los verdaderamente demócratas. Los republicanos de izquierdas parecían querer las reformas con métodos excesivamente radicales y los socialistas pretendían divergir y separarse de los anteriores pero planteaba la misma meta: la revolución social.


Sin embargo, durante el mes de Julio la CNT inicia la huelga de Telefónica en varias ciudades de España que sorprende a todos por su extremada virulencia. La compañía española era una subsidiaria de la American Telephone Company y ésta había negociado un largo contrato con el Gobierno de Primo de Rivera, y los socialistas habían acusado al Rey de venderse al capitalismo americano y haber recibido un amplio paquete de accionariado de modo particular.
Durante el mes de julio de 1931, Indalecio Prieto, estaba tratando de tranquilizar a los acreedores de España, cortar la fuga de capitales al extranjero (en gran parte devenida por la instauración de la república) y frenar la devaluación de la peseta en el mercado exterior.  Los obreros y trabajadores de la compañía aprovecharon ese momento de inestabilidad para aprovechar la ocasión de desafiar a la compañía controlada por los americanos. La huelga paralizó en gran parte los servicios en la mayoría del país. Pero los socialistas apoyaron al Gobierno en su decisión de sustituir a los huelguistas por trabajadores de la UGT y restablecer la normalidad.

Unos y otros se culpan mutuamente de romper los acuerdos básicos y es en Sevilla donde los acontecimientos se desatan.  El gobierno se ve obligado a declarar el estado de guerra en la capital andaluza el 22 de Julio y el General Sanjurjo, director general de la Guardia Civil acude a sofocar una rebelión que se cobra ya varias muertes.

A pesar de todo, la explicación de la crisis, parece ser más sencilla de lo que en realidad es. La huelga responde a la rivalidad histórica entre la UGT y CNT que ha querido poner a prueba al Gobierno y monopolizar la lucha obrera.

Recorte de la prensa con el anuncio del fin de la huelga y la vuelta al trabajo.


Entre tanto altercado, los catalanes acuden por quinta vez en pocos meses a las urnas para aprobar de una manera arrolladora el nuevo Estatut  propuesto por el Gobern de la Generalitat. 



Los vascos también llevan a las urnas su Estatuto de Estella. Pero en este caso las Cortes lo rechazan por amplia mayoría. En Junio carlistas, peneuvistas, e independientes habían aprobado es Estatuto para llevarlo a votación, pero la ausencia de partidos izquierdistas había condenado el proyecto antes de entrar en las urnas.

El Gobierno continua con su plan de reformas

El Gobierno continúa con su programa de reformas profundas. Las mujeres podrán presentarse a oposiciones para ser notarias o registradoras de la propiedad. Una mujer, Victoria Kent, es nombrada directora general de Prisiones. Se aprueba una ley sobre accidentes laborales. Se organizan los juicios mixtos agrarios. Se implanta el seguro obligatorio de maternidad, se crean las Misiones Pedagógicas y se aprueba la construcción de casi 30.000 escuelas. Se celebra el 1 de Mayo con una manifestación encabezada por los líderes sindicalistas (Julián Besteiro) y los lideres socialistas largo caballero e Indalecio Prieto.

Victoria Kent rodeada por los miembros del primer Gobierno Provisional de la Repúlica

Se crea la Guardia de Asalto y en la Generalitat de Catalunya, comienzan los debates para constituir el Estatut. Se nombra en Madrid la primera Comisión Constitucional que se encargará de elaborar el primer borrador de una futura Constitución.

Desfile del nuevo cuerpo llamado la Guardia de Asalto

La hoja de ruta consiste en trabajar para dotar a la República de la estabilidad necesaria.

Una de las modificaciones más significativa es la reforma de la ley electoral de cara a las vivientes elecciones que amplia el voto a los mayores de 23 años (antes 25 años) y a las mujeres. El sufragio femenino se recogió en la posterior Constitución a pesar del voto en contra de destacados militantes socialistas.

El principal motivo para negar el voto a la mujer era por la influencia que la Iglesia había ejercido sobre las mujeres y que hacia imaginar que el voto femenino recaería en la derecha llegando incluso a hacer peligrar a la República.

Por otro lado, Manuel Azaña, Ministro de Guerra, inicia la necesaria reforma militar. Su primera tarea es reducir notablemente el número de altos cargos. En 1930 el número de altos cargos pasaba de los 27.000 cuando no debían de superarse los 7.600. El 26 de mayo elimina el rango de Capitán general, se rebaja a un año el servicio militar y de 16 a 8 el número de circunscripciones militares. Azaña ofrece una pensión retributiva vitalicia a cuantos oficiales retira. Los militares también muestran su división: mientras que unos creen necesaria la reforma otros acusan al ministro republicano de sobornar el cuerpo de oficiales. A principios del mes de junio, el ministerio anuncia que revisara los ascensos que aprobó la dictadura. La misma semana clausura la Academia Militar de Zaragoza dirigida por Francisco Franco. Motivo más que suficiente para despertar recelo entre los militares. En poco más de dos meses la Republica cuenta con la desconfianza de la Iglesia y de los militares.

Manuel Azaña rodeado de altos cargos militares que recelan de su gestión como Ministro de la Guerra.

El 4 de junio se anuncian para el 28 del mismo mes las esperadas elecciones. A las mismas concurrirán todas las fracciones políticas que segmentan el país: La derecha estará representada por Angel Ossorio, Acción Nacional, Agrarios, algunos partidos tradicionalistas minoritarios, y alguna que otra opción monárquica independiente. Las JONS han fundado el semanario La libertad.

El centro liderado por Melquíades Alvarez esta representado por la Lliga Regionalista Catalana, la derecha liberal republicana de Alcalá Zamora, Miguel Maura y Joaquín Chapaprieta, los liberales demócratas, el PNV, el partido Republicano Radical de Lerroux y Unión Republicana Autonomista.

La izquierda que incluye al PSOE abarca varias tendencias: la sindicalista de Largo Caballero, la reformista de Fernando de los Ríos, la puramente socialista y republicana de Indalecio Prieto y la moderada de Julián Besteiro. Menos influencia ejercía en el voto de la izquierda el PCE y el Bloque obrero y campesino.

Y finalmente como independientes hacen campaña los intelectuales de la Agrupación al Servicio de la República.

El confontamiento religioso

El 9 de Mayo, el Gobierno decreta que la educación religiosa no será obligatoria sino voluntaria. Los obispos se revelan al sentirse agredidos y convocan una manifestación para los siguientes días en apoyo a los diversos derechos de la Iglesia.

Gil Pecharomán destaca que el movimiento emergente anticlericalista, se sitúa en dos frentes: Por un lado los intelectuales que consideran a la Iglesia como un camino hacia la modernización, y por otro, la animadversión popular, más visceral, que se venía manifestando desde principio de siglo.

Por una o por otra causa, el problema religioso se convierte en primera línea de enfrentamientos en la Republica y al menos durante los tres años siguientes constituye el principal problema que desatará los acontecimientos vivientes.

Por la mañana del día 10 de mayo, se inaugura en Madrid un Circulo Monárquico en donde los afines a la Monarquía y a su rey Alfonso XIII se reúnen para preparar la estrategia política a seguir de cara a las elecciones generales que han de celebrarse. El periódico ABC afín a los monárquicos, ha dado publicidad al evento durante la semana. Por otra parte, el Ministro de Gobernación Miguel Maura, ha recibido amenazas de celebrar una jornada de huelga general si permite la celebración monárquica.



Los monarquicos hacen sonar por la megafonía la Marcha Real provocando a los republicanos

Justo después de que en la reunión se apruebe por votación el Comité Ejecutivo, suena por los megáfonos la Marcha real, lo que es interpretado por los republicanos como una provocación y un insulto. Crispados los ánimos, los republicanos se concentran en la puerta del edifico. El caos se adueña de los alrededores. Se corre el rumor de que un taxista ha muerto en la reyerta. Varios de los manifestantes se dirigen enfurecidos hacia la calle Serrano, sede del periódico ABC, porque culpan en parte a su director Juan Ignacio Luca de Tena. Entretanto las fuerzas del orden han detenido a varios directivos en la sede del Círculo.


Apostados en la sede del periódico los manifestantes tratan de incendiar el edifico. La Guardia Civil lo evita, pero mueren dos manifestantes. El Gobierno se reúne de urgencia pero Maura no consigue el permiso necesario para que pueda intervenir la Guardia Civil.



El Gobierno vuelve a reunirse al día siguiente y en plena reunión, recibe la noticia de que un edificio esta ardiendo. Es una residencia jesuita de la calle Flor. Maura fuerza al máximo y amenaza con su dimisión sino consigue ponerse al frente de la Guardia Civil. El Gobierno rechaza la petición y su dimisión. En ese momento ya arden en Madrid seis conventos.

Incendio de la residencia jesuita de la calle Flor de Madrid

No solo la capital es escenario de este tipo de manifestaciones anticlericales. En distintas ciudades como Málaga, Sevilla, Córdoba, Cádiz, Murcia, Alicante y Valencia, se suceden escenas violentas. En total, más de cien edificios religiosos y centros monárquicos arden en esos días. En Barcelona y Zaragoza toman medidas para evitar los asaltos y colocan guardias en sus puertas.



Se suspenden por orden del Gobierno las publicaciones de los diarios ABC, El debate y el Mundo obrero. Carlos Blanco, secretario de seguridad, dimite. A los dos días, el Cardenal Segura se marcha de España. El día 18, la actitud vehemente e impulsiva de Maura, expulsa al obispo de Vitoria, mateo Múgica, acusándole de promover actividades antirrepublicanas en su diócesis.

Las relaciones entre el Vaticano y el Gobierno se agrian. El 22 de Mayo se decreta la libertad religiosa, y la Santa Sede niega el plácet como embajador a Luís de Zulueta.
Días después el Cardenal Segura, trata de volver a España pero es arrestado en Guadalajara y expulsado del país. La situación acabó de complicarse cuando en Agosto, Mateo Múgica es arrestado portando instrucciones precisas del Cardenal Segura para vender a varios testaferros los bienes de la Iglesia y colocar el dinero en el extranjero.

Mateo Múgica en el centro de la imagen en un reunión en el País Vasco


La Iglesia se ha convertido en causa directa del problema. Y el Gobierno no puede frenarlo.

Los primeros pasos de la República

Pasadas las primeras horas de éxtasis colectivo, la realidad política devuelve a escena los primeros problemas de la recién constituida república. Por un lado, ERC (Esquerra Republicana de Catalunya) a pesar de su corta trayectoria, ya influía de un modo determinante en la vida social y policía española, y su juego no era otro que acatar el nuevo Gobierno pero solo como vehículo transportador de su finalidad; que no es otra que la culminación de su programa electoral: declarar la independencia de Cataluña. Por otro, los Monárquicos conservadores que a regañadientes habían aceptado la proclamación de la república pero no estaban dispuestos que España no sea una cosa diferente a lo establecido en los libros de Historia. 

Encendido el primer fuego, un viaje de urgencia a Barcelona de Fernando de los Ríos y de Nicolau d´Olwer ya como ministros del primer gobierno, calma y apacigua los ánimos y anima a los dirigentes de Esquerra a no precipitarse ni a poner en peligro la recién creada República. Pero como todo tiene un precio, y mas tratándose del ámbito político, los ministros prometen a los independentistas catalanes un nuevo Estatut mucho más generoso y que se tramitaría con celeridad. Macià desiste de proclamar la República catalana pero a cambio se restituye la Generalitat, antigua institución de gobierno catalán, a la que exige que se traspasen las competencias de las diputaciones provinciales.  A partir de esos preacuerdos, Lluis Companys, más autonomista que separatista, tomas las funciones de Gobernador Civil.


Frances Macià, comunica a los catalanes los acuerdos con el Gobierno de la República


El fuego se apaga el 21 de Abril promulgando un decreto del Gobierno de la República reconociendo y dándole legalidad al Consejo provisional de la Generalitat, presidido por Francesc Macià. Pocos días después, Alcalá Zamora viaja a Barcelona para visitar oficialmente la Generalitat.

Alcalá Zamora visita oficialmente la Generalitat de Catalunya


De vuelta a la intensa vida política de esos días, se toman medidas que distinguen el nuevo régimen.  Desde ese momento la bandera española será tricolor: roja, amarilla y morada. El estatuto Jurídico de la Republica establece la aconfesionalidad del Estado, es decir, la libertad de creencias y cultos. 

Borrador con los primeros artículos de la nueva Constitución de 1931

La Iglesia acata la decisión convencida de que mientras esté al frente de la República un presidente católico confeso no habrá motivos para la preocupación. Desde esa medida, nace un nuevo proyecto político liderado por Jose Maria Gil Robles y Herrera Oria bajo las Federaciones Agrarias Católicas y Acción Popular, con un lema donde agrupa los pilares básicos del conservadurismo: religión, familia, orden, trabajo y propiedad.

Mientras, Francia es el primer país en reconocer el nuevo Gobierno y se adelanta enviando nuevo embajador, y los diferentes países del entorno (incluido El Vaticano) dan el visto bueno a la República Española.

El día 29 de Abril, se toma una de las medidas más importantes y de gran calado social de la República: el Ministerio de trabajo anuncia medidas para combatir el paro agrícola. Y es el 8 de Mayo cuando se aprueba que las autoridades puedan obligar a los terratenientes a cultivar sus tierras baldías.
El Gobierno anuncia también la medida de separar el Estado y la Iglesia por lo que el Episcopado pierde de ese modo su derecho a estar representado en el Consejo de Instrucción Pública, órgano asesor del Ministerio.

Publicación del primer decreto de la República

Primer decreto de la República.

El Gobierno provisional de la República ha tomado el poder sin tramitación ni resistencia ni proposición protocolaria alguna; es el pueblo quien le ha elevado a la posición en que se halla y es él quien en toda España le rinde acatamiento y le inviste de autoridad. En su virtud, el presidente del Gobierno provisional de la República asume desde este momento la jefatura del Estado con el asentimiento expreso de las fuerzas políticas triunfantes y de la voluntad popular conocedora, antes  de emitir su voto en las mismas, de la composición del Gobierno Provisional.
Interpretando el deseo inequívoco de la nación, el comité de fuerzas políticas coaligadas para la instauración del nuevo Régimen designa a Don Niceto Alcalá Zamora y Torres para el cargo de presidente del Gobierno provisional de la República.

Madrid 14 de Abril de 1931


Los diarios ponen en marcha su maquinaria

Los diarios tambien asumen su rol propagandistico y se posicionan en sus editoriales. El mismo día 15 de abril de 1931, El Socialista se posicionaba con el nuevo gobierno republicano, mientras el ABC seguia junto al orden y la Monarquia.


Desde la mañana del pasado lunes conocía el Gobierno, y no era un secreto para nadie, la decisión adoptada por el Rey de resignar el poder y alejarse del territorio español. No ha detenido la ejecución del propósito más horas que las indispensables para intentar el modo de hacer la entrega en condiciones regulares, en las que pareciesen más favorables a la sucesión y a la paz pública.

Cuando empezó a debatirse el tema constituyente, como habían de ser y llamarse las Cortes, hicimos y reiteramos esta afirmación: que si el sufragio en cualquier convocatoria se manifestase contra el régimen Monárquico, el Rey le allanaría el camino inmediatamente. 

No ha sido necesario que se produzca aquel hecho para que el Rey ceda el poder, para que se niegue a retenerlo sin toda la suma de autoridad y confianza nacional que requiere el celo generoso y la dignidad augusta con que siempre lo ha desempeñado.

El voto del país en las últimas elecciones no estaba convocado para revisar la forma de gobierno; sabíamos y decíamos todos que significaba una primera exploración, un antejuicio, que podía modificar, acentuar o retirar las posiciones de la contienda; pero ni monárquicos ni republicanos se hubiesen avenido a liquidar en una elección de ayuntamientos el problema constituyente.

Ni los antimonárquicos aceptaban como decisivo el triunfo descontado de una mayoría monárquica ni ha fallado esta mayoría en su totalidad. Pero el volumen y el carácter de la opinión manifestada en los comicios, las críticas rencorosas que han preparado esta opinión, el convencimiento de que la ofuscación revolucionaria contra la Monarquía va principalmente contra la persona del monarca, han determinado a Don Alfonso XIII a retirarse de España con la dinastía.

Ha podido esperar la decisión legítima del sufragio, la convocatoria franca, sin emboscadas ni sorpresas, apoyándose en el derecho, acogiéndose a la reacción segura del monarquismo y a la devoción que le guarda el Ejército. Y no ha querido mantener la Monarquía bajo una sombra de recusación, ni consentir luchas, acaso sangrientas, que originase ello. Este rasgo de pura conciencia llegará al corazón de los españoles.

ABC, 15 de Abril de 1931


A las siete y media de la tarde, y con grandes dificultades, llegó a la puerta del Ministerio de Gobernación el automóvil que conducía a los señores Alcalá Zamora y Lerroux, Azaña, Fernando de los Ríos, Maura y Albornoz. Seguidamente subieron al despacho pequeño del Ministerio de Gobernación y ordenaron a don Eduardo Ortega y Gasset que, inmediatamente, se trasladase al Gobierno Civil para tomar posesión de él, y ordenase al alcalde, ya nombrado que se constituyese el Ayuntamiento republicano. 

Inmediatamente de llegar Miguel Maura se dirigió al despacho del subsecretario de la Gobernación al que dijo:

“Aun cuando sea esta una toma de posesión poco protocolaria, vengo a hacerme cargo del Ministerio de la Gobernación del Gobierno provisional republicano.”

Entre tanto Alcalá Zamora y los demás ministros se asomaron a uno de los balcones y fueron largamente ovacionados y vitoreados. A continuación, se trasladaron al despacho del ministro de la Gobernación, donde comenzaron a circular las órdenes necesarias y dar cuenta a las autoridades de la constitución del nuevo Gobierno de la República.

También se redactó un decreto concediendo una amplia amnistía. Mientras se encontraban reunidos los ministros, diversos individuos del partido republicano socialista sacaron al balcón central del Ministerio de Gobernación un cartel en que se pedía que se guardase un minuto de silencio por los capitanes Galán y García Hernández, lo cual fue ejecutado con todo respeto por la muchedumbre que se apiñaba en la puerta del Sol. 

Después se solicito la instalación de un micrófono al objeto de que Alcalá Zamora, en nombre del Gobierno de la Republica pudiese dirigir la palabra al país.


El Socialista, 15 de Abril de 1931