Barcelona también proclama la República

El escenario en Cataluña, al margen de su complejidad política, sigue el mismo camino sin retorno emprendido en el resto del país. El sorprendente vencedor de las elecciones celebradas, Francesc Macià da un paso hacia delante apostando con fuerza por la República.

Macià que había fundado semanas antes de los comicios Esquerra Republicana de Catalunya hereda del movimiento republicano federal y obrerista de Pi i Margall los votos de la corriente catalanista. Lo que ocasionó algún que otro problema no previsto. El cofundador de Esquerra, Lluís Companys, proclama la Republica catalana horas antes de que Alcala Zamora lo hiciera en Madrid. Macià envió un telegrama urgente confirmando la victoria de los republicanos. Pero el final del texto era tan explicito como confuso: “Viva Catalunya libre en una España libre y republicana”.

Una multitud se concentra en la Plaça Sant Jaume donde Francesc Macià proclama la República.

El mismo 14 de Abril, Macià se dirige en dos ocasiones a la fervorizada masa popular. En las dos locuciones públicas se dirige al pueblo “en nombre del pueblo de Cataluña, proclamando el Estado Catalán bajo el régimen de una Republica catalana que libremente, y con toda cordialidad, anhela y pide a los demás pueblos de España la colaboración para la creación de una Confederación de pueblos ibéricos y que esté dispuesta a lo que sea necesario para liberarse de la Monarquía borbónica.”


Lluis Companys depuso al alcalde de Barcelona tras la victoria de los partidos republicanos.

Macià se dirige a la multitud desde el balcón del Ayuntamiento de Barcelona.

Macia admite en una entrevista en el Diario de Barcelona que se ha visto “obligado a proclamar la republica catalana” pero que dicha declaración no implicaba que no estuviese dispuesto a estructurar la Constitución que finalmente tendría que regir la Republica Española en su conjunto.


La República monopolizó las portadas de la prensa los días siguientes al 14 de Abril

Momentos después de la euforia inicial, las palabras de Macià fueron matizadas, y de una manera menos ambiciosa, fue mas escueto y menos impulsivo deseando para el futuro “e interpretando el sentimiento general y anhelo del pueblo que acaba de refrendarnos con su sufragio, proclamo la República catalana, como estado integrante de la Federación Ibérica.
De acuerdo con lo acordado con el presidente de la Republica Federal Española Alcalá Zamora, ratificamos los acuerdos alcanzados en el Pacto de San Sebastián asumiendo provisionalmente la presidencia del Gobierno de Cataluña."


La declaración dejaba aparcado la corriente separatista sin renunciar al federalismo, lo cual planteaba un escenario indefinido que habría que refrendarse mediante un Estatuto aprobado por las Cortes.

Con la proclamación de la República, se dibujaba en el futuro un confuso escenario de ideologías. El único hecho claro es que fue el detonante definitivo que acababa con el reinado de Alfonso XIII y abría las puertas de par en par a la inestabilidad social y política.