La España del odio

El sueño de la segunda Republica contribuyó a que muchos españoles se esperanzaran con la oportunidad de construir una sociedad liberal y prospera que acabara con el olor caduco y rancio de un pueblo cansado de callejones sin salida para la inexistente clase media.

Sin embargo, la desilusión se esfumó inmediatamente al comprobar que se pasó como de la noche al día de una postura  ideológica a la totalmente opuesta,  agrandando las diferencias políticas y llevando los extremos cada vez más lejos.

Han sido muchos los años en los que el régimen de Franco repitió hasta el hartazgo que la guerra civil, concebida como una guerra entre las dos Españas, fue algo inevitable y que surgió de forma natural. Es como buscar una explicación natural para auto convencerse que el confrontamiento nació por una sociedad que  por algún lado tuviera que explotar y al final no tuvo más remedio que reventar.

Pero la realidad es que la guerra civil fue el distanciamiento irracional de dos sociedades definidas y tan diferentes a la vez, como lo son la revolucionaria que luchaba por un ideal utópico y la conservadora que aplicaba con extrema dureza la represión. Repetiré hasta cansarme que pudo haberse evitado si alguna (cualquiera) de las dos partes hubiesen puesto una pequeña pizca de raciocinio. La excusa a través de los años de que el confrontamiento entre dos Españas llenas de odio fue inevitable fue sin embargo la primera piedra en la construcción de la nueva España con el argumento no sustentado de las fuerzas políticas en la Transición democrática que si los dos bandos compartían culpabilidades ambos bando s tenían que dejar en el camino parte de sus reivindicaciones.

Por tanto conviene que desde un principio y evitando posicionamientos ideológicos, definir que la Guerra civil española fue el fracaso estrepitoso de toda la sociedad. Ocurrió porque tuvo que suceder y trunco con el ruido de las bombas el provenir de aquellos que en el verano de 1936 luchaban por la vida, la decencia, la libertad, los sueños y el futuro de aquellos que imaginaron una tierra digna donde poder vivir y trabajar con dignidad.